Mantener las hembras de cría en buena condición corporal es esencial para llevar una buena natalidad. Se dice que cada vaca debe dar un ternero por año, esta es alguna de las expresiones en la ganadería de carne.
El manejo nutricional del rebaño de hembras es imprescindible para que se obtengan niveles reproductivos coincidentes con una ganadería eficiente y lucrativa. Es necesario atender las exigencias de proteína y energía durante toda la gestación, o seria económicamente inviable? Esta pregunta es muy frecuente para los ganaderos en el momento de planeación nutricional de las hembras de cría.
La capacidad de crecimiento y capacidad en un ternero es determinada por la cantidad de fibras musculares en su cuerpo, o sea, la cantidad de células musculares que después del tamaño irán a aumentar el tamaño (fibrosis). La formación de esas fibras, que van a originar los músculos, proceso determinado miogenesis, ocurre durante la fase embrionaria cuando el ternero se encuentra el útero de la vaca.
La formación de las fibras musculares ocurre a partir de dos eventos distintos temporalmente. Inicialmente ocurre la formación de las fibras musculares (miofibras) primarias durante el desarrollo embrionario. Dichas miofibras son utilizadas como soporte para la posterior formación de miofibras secundarias, lo que ocurre durante el segundo trimestre de la gestación y que contribuyen de forma mayoritaria para el aumento de la masa muscular en la fase pre-natal.
La restricción de nutrientes en el tercio medio resulta, por lo tanto, en una reducción del número total de fibras musculares. En consecuencia, el periodo crítico para la correcta formación del musculo, es justamente comprendido entre el segundo y séptimo de preñez de la vaca. Asi, la nutrición materna debe ser planeada no solamente para el tercio final si no que debe ser muy bien estimada para el segundo tercio de gestación.
En algunas regiones del país, donde se concentra gran parte de las ganaderías de carne, el periodo de monta se planea en los meses de Diciembre y Febrero, pudiendo variar de año en año en función de las condiciones climáticas existentes. Así las hembras que quedan preñadas en el medio de la estación de monta en adelante, ósea por los meses de Enero y Febrero, tendrán que atravesar el tercio medio de su gestación en una condición nutricional no de las mejores, pues en los meses de Junio y Agosto se presenta el auge del periodo seco, en el que hay deficiencia cuantitativa y cualitativa de pastos. Así, se hace necesario asegurar suplementación a los animales de forma que se pueda garantizar la correcta formación muscular del terreno sin comprometer las fibras de este.
Esta suplementación se puede realizar a través del uso de sales pro teinadas conteniendo de 30 a 40% de proteína bruta, suministrado a razón de 500gr por animal/día (la suplementación debe ser verificada por un zootecnista, teniendo en cuenta la calidad del forraje presente en la finca y el tipo de animales presentes en la explotación).
En resumen, estudios recientes demuestran que la obtención de mejores, en términos de desempeño y calidad en carne bovina, no están solo relacionadas con el plano nutricional al cual el animal es sometido durante un fase de crecimiento y terminación.
La nutrición materna durante los diferentes estadios de gestación afectan, no solo el desarrollo fetal, sino también el desempeño del animal a lo largo de su vida además de la calidad de la carne que por él es producida.